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miércoles, 18 de junio de 2014

!Hagamos un dibujo de papá!


¡Hagamos un dibujo de papá y escojamos al más lindo, al mejor padre del mundo! De inmediato las hojas se tiñeron de momentos y recuerdos, de miradas intimistas e ingenuas.
Lo pintaron inmenso y fuerte, porque papá es un superhéroe, carga las cosas más pesadas, arregla cuanto equipo se rompe y te levanta en sus hombros para que nos sintamos estrellas.
También pensaron en su ceño fruncido ante lo mal hecho, la psicosis por la disciplina y el buen camino, el regaño oportuno, el innecesario y el justo. Por supuesto, colorearon la sonrisa más tonta, esa que acomodó en su rostro cuando nació el hijo.
En verdad, padre hay uno solo, y se forja al compartir la educación de los niños, los culeros sucios, las madrugadas en vela, llantos, reuniones en la escuela, la crisis de la adolescencia, dudas, conversaciones incómodas y las graduaciones.
De los padres en ocasiones se esperan actitudes estereotipadas, la rudeza, mano firme, sostén económico, saludos a distancia, lecciones de béisbol o boxeo. Quienes solo así lo perciben, olvidan que también los desvelan las preocupaciones de sus pequeños, celos absurdos, que espían los primeros amores, son consejeros, y disfrutan los besos y mimos robados.
En junio existe un espacio para felicitarlos y compartir, apoyarnos en el hombro de los más jóvenes y convertirnos en el sostén de los que peinan canas. Ese momento de junio hay que multiplicarlo por todo un año y mil dibujos, porque los lazos de amor compartido, al menos los verdaderos, no deben celebrarse de mes en mes, son eternos. ¡Felicidades papá!

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