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martes, 29 de octubre de 2013

El bloqueo nuestro de cada día...


Tengo una amiga perspicaz, presintió que algo raro sucedía cuando de las tiendas de su pueblo se escabulleron los juguetes. Ella apenas arribaba a sus 8 años y vivía la antesala de una etapa calamitosa conocida dentro de la Isla como el Período Especial.

Corrían los 90 y la convulsa situación internacional repercutió muy duro en Cuba. Sin embargo, lo que mi amiga todavía no comprendía era que Cuba ya penaba desde el mismísimo triunfo revolucionario por una herida económica: el bloqueo impuesto por el gobierno norteamericano.
La política estadounidense hacia nuestra nación, su hostilidad, posee bases movedizas y argumentos confusos. De tan vieja se torna agobiante, y para algunos pierde cuerpo, forma, presencia; sin embargo a pesar de la retórica el bloqueo económico, financiero y comercial a nuestro país no es abstracto, existe.
A un millón 157 mil 320 dólares asciende el daño económico hasta abril del 2013, según algunas fuentes. Y eso se traduce en afectaciones al transporte, la alimentación, la salud, educación, el turismo, la industria y así cada una de las esferas garantes de la vitalidad de una nación.
Claro los cubanos pronto olvidamos estas cifras estratosféricas, las vemos, por error, alejadas del día a día, de los perjuicios, carencias y privaciones del hogar.
Mi bloqueo por ejemplo aparece cuando el transporte es insuficiente para trasladarme de un sitio a otro, y las colas interminables y los ómnibus en mal estado. Cuando los alimentos disponibles son difícilmente accesibles, cuando un niño precisa un medicamento importado del “norte” que no llegará por las regulaciones, cuando las conexiones a internet son tan difíciles porque nuestro acceso es satelital.
Ese nos duele en el bolsillo y la barriga, sin embargo el Bloqueo es mucho más. Marcas cubanas de prestigio no pueden reclamar a las réplicas falsas, la actividad turística, esencial en la vida del país, pierde más de un millón de dólares, porque le prohíben al mercado norteamericano (asiduo al Caribe) viajar a Cuba. El transporte marítimo, aeronáutico o terrestre de manos atadas para muchas inversiones, frenos en la cooperación y el intercambio internacional de las universidades, eventos culturales y deportivos a los que artistas y atletas no asisten.
Cincuenta lustros después, a pesar de los reclamos de la comunidad mundial, y tras 20 votaciones en las Naciones Unidas a favor del proyecto cubano, el bloqueo persiste. Su obsolescencia es evidente, pero el afán por destruir a un pueblo, (no a un gobierno) ciega, trastorna, no tiene límites. La pregunta es…¿Cuánto habrá que esperar?

Imagen tomada de Internet

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