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martes, 27 de mayo de 2014

La segunda oportunidad de Colombia




Tal como previeron diferentes pronósticos, ninguno de los cinco candidatos a la silla presidencial de Colombia superó el 50% de los votos necesarios para proclamarse vencedor de las presentes elecciones.

Las predicciones de los sondeos se cumplieron, el uribista Oscar Iván Zuluaga y el actual mandatario Juan Manuel Santos, alcanzaron los mejores resultados, aunque aún insuficientes para instalarse en el Palacio de Nariño.
Zuluaga aventajó a Santos en cerca de un 3,5% de votos, llevándose un poco más del 29% de las decisiones a pesar del escándalo por financiamiento y espionaje  que ensombrecieron el final de su campaña. La estrategia del ultraderechista  aún se basa en la mano dura con las FAR EP, una política que había asumido antes Álvaro Uribe sin resultados halagüeños y con fuertes divergencias con sus países vecinos.
Por su parte el actual gobernante, Juan Manuel Santos, quien alcanzó en esta primera vuelta  más del 25% de los votos , confía en que una política a favor de la paz, que ponga fin a uno de los conflictos armados  más largos de la historia, será su carta de triunfo.
Que nadie se llame a engaños, Santos no es un candidato progresista, pertenece a la derecha, apegado a la política neoliberalista y buenas relaciones con Estados Unidos. Ahora, como ya lo dijo un comentarista del sistema informativo de la televisión cubana, no se le puede negar el mérito de restablecer las relaciones (maltrechas tras el período Uribe), con naciones colindantes como  Venezuela y Ecuador, y manejarlas con mucho tacto, además impulsó los diálogos de paz que se celebran en La Habana entre el gobierno y las FAR EP, ya con algunos acuerdos preliminares.
La jornada eleccionaria de este 25 de mayo se caracterizó por su tranquilidad excepto algún que otro hecho o intento de proselitismo, y un alto nivel de abstencionismo, solo  poco más del 38% de la población con derecho al voto acudió a las urnas.
El próximo 15 de junio tendrá lugar la segunda vuelta de los comicios entre estos dos aspirantes, antiguos compañeros de gabinete, el resultado no tiene que parecerse necesariamente al del domingo último.
¿Quién triunfará, la mano dura sobre el conflicto militar o la pacificación dialogada? Todo el continente prestará atención a este proceso por lo que significa para la unidad y las intenciones de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) de declarar esta como una zona de paz.
Pero la palabra final y quienes deben pensarlo con hondura, son los habitantes de esta nación suramericana. Al final, como pocas veces en la vida Colombia tiene ante sí una segunda oportunidad para decidir su destino.
Imagen tomada de Internet

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