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lunes, 28 de abril de 2014

Memorias de un abril perdurable.




Mi abuelo participó en la lucha contra bandidos en el Escambray en abril de 1961. Pertenecía al batallón 207 de Cárdenas y durante varios meses peinó aquellas montañas para ofrecerles tranquilidad a sus pobladores y asestarle un duro golpe a las bandas armadas de la zona. Regresó feliz, como las personas que cumplen con su deber y cuentan la historia a sus seres queridos.

jueves, 13 de marzo de 2014

Un joven también de nuestros tiempos


Cuando era niña, me complacía con el olor de mi ciudad. Cárdenas transpira ese aroma a mar, a barcos y a puertos. Me cautivó su historia, la que los moradores repiten en cada esquina, para reconocerla como la Ciudad de las Primicias, la Perla del Norte o la Ciudad Bandera. Y de manera particular me  sedujo descubrir las anécdotas que atesora una céntrica casona, con puerta gigantesca y aire colonial, convertida hoy en museo.
Allí, justo en la calle Jénez, número 240, entre Calzada y Coronel Verdugo se oculta la infancia de José Antonio Jesús del Carmen Echeverría Bianchi, historia que su casa natal revive ante todo el que la visita.

miércoles, 15 de enero de 2014

Y ahora ¿quién cuenta esta historia?


Quizás de aquí Armando, Melbis y Elianne se conozcan y compartan los mismos pasillos, desvelos y preocupaciones. Tal vez estudien juntos, intercambien libretas, y los secretos que atesoran cualquier recinto. Él cursa su cuarto año en la especialidad de Marxismo, Leninismo e Historia (Mx, Len, Hist) en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Juan Marinello (UCP). Ellas ansían la misma carrera, y estudian en el preuniversitario 13 de Marzo de Cárdenas; ¿retos? aprobar la prueba de ingreso de Matemáticas. Los une, el interés por una especialidad subvalorada por muchos.

martes, 14 de enero de 2014

Atracciones fatales


En pocas ocasiones cuento la historia, imagino la desconfianza de quienes la escuchen y las risas cómplices. Pensarían en un invento matizado con locura y algo de imaginación. Pero lo juro, no es ficción, lo viví y quedé anonadada.

martes, 3 de diciembre de 2013

Óleo a la indiferencia

¿Te maltrataron en la tienda?, preguntó: “No, ni eso”. Así dibujaba la indiferencia una caricatura publicada por los medios nacionales días atrás. El humor se vale de recursos ingeniosos para ofrecer una cosmovisión brevísima de la realidad, que cautiva al público. Lo triste es que este óleo a la indiferencia no parte de la ficción, ni el pensamiento abstracto de un artista; eclipsa nuestras entidades, ámbito laboral o de servicios, burla los buenos haceres y provoca insatisfacción.